me fascinó su espléndida grandeza,
quedando arrebatado en su belleza,
y en su bello color de la esperanza.
Me admiré de sus aguas y su danza,
las olas va y vuelven con presteza,
luego el mar se serena con terneza,
para empezar de nuevo su mudanza.
Ya no me ufano de ese dulce encanto,
porque el mar va perdiendo su hermosura,
por doquiera se ve contaminado.
Por eso con pesar y desencanto,
mi júbilo se torna en amargura,
mirando al mar que muere desahuciado.
Guillermo Cañas Ramos
Colombia
Colombia
Hermoso Soneto. Me fascinó la rima de los tercetos. Felicitaciones Don Guillermo Cañas
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