donde las olas se acarician
y los peces se cuelgan los corales
para adornar su majestuoso nado.
En esa inmensidad azul marina
que se pierde en el horizonte
y donde se vislumbran
los barcos en su ruta.
Ocasos marinos cuajados de gaviotas,
de brisas que asemejan una estela,
del canto suave cuando no hay tormenta,
del rugido intenso, cuando llega ésta.
Ahí se esconden las sirenas,
las hadas de los mares y los cielos,
soberanas de los mantos azules,
vigilantes eternas de las aguas.
Cleotilde Gordoa De la Tejera
México
Un placer compartir y ojalá pudiéramos hacer mas por NUESTRO MARES
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