domingo, 30 de noviembre de 2014

BRAMIDO IMPOTENTE

Majestuoso mar, impetuoso como el viento,
eres caricia derramada en mi canción;
rumorosas aguas que se lamentan.

Mar esmeralda, ¡cómo bordas tu rugido
de esperanza y desahogo en la orilla incierta!

Azulado océano, ¡cómo retozas con mi alma
susurrándome tus quejas!

Bramido impotente, que llora, que clama, sin que el hombre entienda,
que ha esparcido su negro veneno en tu seno.

Bañas con tu sal mi tristeza,
y magnánimo te agigantas bajo el hondo cielo.
Vienes a mí cadencioso, con tu música de embeleso.

Pero en tus ondas marinas, anuncias de pronto un misterio:
Que un día ya no serás espejo de luna ni agua serena,
sino que la ira del Eterno
se manifestará desde lo profundo de tu entraña,

y volcarás tus aguas con violencia,
para castigar la ambición desmedida
del hombre en su demencia.

                  INGRID ZETTERBERG
                       PERU

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