Lo
imagino por palabras prestadas que lo acercaron a mí.
Lo
sé majestuoso, imponente, generador de vida
que
misteriosamente late en lo profundo.
De
aguas rumorosas, agitadas, palpitantes,
que
acercan a la playa espuma blanca
que
se diluye en miles de formas increíblemente bellas
Mis
pies descalzos que imaginariamente
caminan
por la arena dejan huellas efímeras
que
al instante borran con fuerza las olas
que
acarician constantemente las arenas doradas.
La
playa salpicada de caracoles que brillan como tesoros,
bajo
el sol perezoso, es un hermoso cuadro salido solo de la mano de Dios.
Su
sonido acalla mi voz que le grita desafiante,
su
fuerza me hace pequeña me anula, me subyuga, me envuelve
con
fresca brisa con olor a sal.
Ya
de noche la luna destella en su quietud
y se
refleja en ese espejo infinito que mece en viento,
Añorado
mar algún día te acariciaré y sé que ese día
me
trasmitirás la fuerza con la que existes desde el principio de la vida.
Valentina Landa
San Juan - Argentina
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