En medio de las voluntades de los dioses,
Las aguas emergieron furiosas en medio de ecos,
Capturando los largos brazos de las estrellas
Anidando el milagro que poblaría el planeta.
Surgieron tímidos los primeros seres a conquistar,
Empoderados en el ansia de la evolución,
Pero siempre vigilados por los grandes océanos,
Mandando recordatorios en forma de lluvia,
Pues la esencia es y no la podemos negar jamás.
El Mar, la Mar, el origen, el principio y el final,
Incansable nos arrulla con su murmullo eterno,
Acariciando las tierras con su oleaje cual madre,
Han llegado tantos Reyes soberbios haciendo alarde,
Ninguno con su espada o ejército han detenido el oleaje.
Pero no debe la mar subestimar a la humanidad,
No será con espadas sino con desperdicios y apatía
Con lo que detendrán el oleaje inderrotable algún día,
Aunque con eso esté firmando su sentencia de muerte,
Cegados están los amos, sin esperanza yacen las masas.
Y volveremos al origen.
Ismael Zamora
México
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