Antiguo y portentoso mar, desde tiempos inmemoriales
vienes a nosotros con olas de espuma y caracolas.
Mis padres y mis abuelos no te conocieron,
sin embargo, algún antepasado se aventuró en tus aguas
hasta llegar a este “otro mar de pampa y cielo” de donde vengo…
Supe de vos, de tu bravura, por la literatura:
con Verne, Defoe, Stevenson
- en relatos de naufragio y bucaneros -
recorrí islas desiertas, acantilados…
Más atrás aún – de niña – te oí, cuando la maestra
trajo a la clase un gran caparazón de caracol, diciendo:
-“este es el ruido del mar…”
Después te amé, con Neruda y Alfonsina…
Ya frente a ti, admiré la inmensidad
verdemar, azulina de tus aguas,
caminé por amplias playas de blanca arena
o médanos de verde achaparrado.
Y entré – con unción y asombro –
en tu corazón, en tu frescor de iglesia antigua…
Y sigo allí, prendida de tu maravilla.
Sonia Gallardo.
Argentina
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