Sucumben las aguas, sucumben.
Tu lecho sangra, tus caracolas huyen,
te ahogan sin medida, Mar.
Tú, que has sido el pan de siglos,
el suspiro de las nubes,
la vida, el planeta,
la inspiración de cantos…
Te destruyen.
¿Dónde dormirán los peces
si tu cama la cubren con deshechos?
¿Qué rocío beberá la tierra si el veneno
pinta tus marejadas de tóxicos industriales?
Océano,
ya los ojos se han ocultado en la no razón…
sólo ganancias es el fruto final.
¡Cómo, gimen tus olas! , ¡Cómo llora tu brisa!
tus gaviotas graznan: ¡Detente invasor!
¡No más destrucción!
Ana Cuadra Hernández
Norrköping- Suecia.
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