de la
grácil sirena,
que el
Pincoy no oye la solicitud.
En
tierra del curanto,
peces
en jaulas llenas,
que
Shumpall las abra, es consuetud.
Una
plegaria azul,
nos
invitas, Pincoya
a
cantar por la Mar,
la
cuna tutelar.
Noble
sirena, de ella eres joya,
tesoro
que se agota
por el
ávido hombre que la despoja.
La mar
pare frugal,
el
pescador lo advierte.
Pincoya
no ve al mar,
en
danza semoviente.
¡Ruega
que Caicaivilú no despierte!
El
mundo aún no entiende
que con
la mar, muere la humanidad.
Julio San Martín
Que hermoso poema, felicitaciones!!
ResponderEliminarQué lindo Julio. Un abrazo!!!
ResponderEliminarMe encanto!!!! un abrazo.
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