Ayer
navegué en su manto
las
aguas estaban quietas
mágica
cuna era el alta mar,
con
el suave vaivén de las olas
me
sentí un hijo en sus brazos
largo
entonces fue el meditar.
Oí
la voz de Poseidón
el
humano a veces ensucia
siento
gran pena, preocupación,
benditas
son todas las aguas
tome
conciencia el hombre
ya
no más contaminación.
El
océano parece sin fin
con
el cielo de techo en la tierra
allá
lejos se parecen juntar,
el
planeta clama prudencia
cuidar
el medio ambiente
también
el majestuoso mar.
Autor
: Moisés Castro Parra
Nacimiento,
Chile
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