Me dejo
abrazarpor los dedos salobres.
Más allá
de las miradas
detenidas
en la superficie
la crisálida celeste
transforma
mis entrañas
en roca
anclada
en las profundidades.
Descanso mis sueños allí.
Me arrulla
el pesquero naúfrago
y me despiertan
las tempestades.
María del Carmen González
Argentina
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