Dos
dedos diminutos, imaginarios,
insipientes, me empujan, milimétricamente,
cada vez más
cerca del umbral del abismo de mi cordura.
A mis
espaldas el horror mundano de la aniquilación del hombre con sus inhumanos
ojos.
Abajo, el
mar, tan lleno de sí mismo, tan absoluto, resplandeciente en acrobacias de agua.
El efímero
par de dedos sigue punzando, “Deja todo atrás” y los milenarios dedos ínfimos
me invitan al
vértigo ancestral,… Soy Viento Pez Volador…
Soy aeroplano, Fénix, Ícaro… llegando al mar….
quemando mis
alas con el azul de una canción de cuna, meciéndome, ahondando el soñar…
Abajo, los cetáceos huyen horrorizados, sus tormentos
desatados en tormentas de arpones asesinos,
Y la espesura negra, asquerosa, llega aniquilando, indiscriminadamente.
Los seres marinos quedan ahí, petrificados en
el combustible obscuro, denso
que avanza ennegreciendo, despiadadamente, todo a su paso…
El hombre ha llegado, saquea todo en su
trayectoria macabra, mata como energúmeno.
Sin culpa ni remordimiento llena sus
descomunales redes y las transforma en dinero.
Horrorizada me despierto y me pregunto,
craneando maremóticamente ¿Dónde está lo
humano del ser humano?
Continúo mi cavilación oceánica… ¿Y SI EL MAR
EXPLOTARA?
Si en un arrebato acuático lanzara los desperdicios
de vuelta a los hombres;
Aclaro: a los hombres, no a la tierra, ya que
ella también llora con sus lágrimas de piedra…
¿Y SI EL MAR LLORARA? Se mimetizaría con
nuestras lágrimas saladas,
se uniría con el dolor de la desgracia, se
confundiría de lástima por sí mismo…
El depredador queriendo alcanzar el cosmos,
profanó los océanos… ESPANTO EN EL UNIVERSO AZUL…
PAULA DAZA
CHILE
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